miércoles, 11 de marzo de 2009

LA MEDUSA INMORTAL

Hola a todos mis seguidores,por fin he vuelto.

Estamos ante una invasión silenciosa
, lenta, invisible, pero no por ello menos real. Y está sucediendo en todos los océanos del planeta.

Todos hemos nacido y todos moriremos. Todos menos la,Turritopsis nutricola un hidrozoo con un ciclo de vida en el que vuelve a ser pólipo después de llegar a su maduración sexual. Es el único caso conocido de un metazoo que es capaz de volver a un estado de inmadurez sexual, colonial, después de haber alcanzado la madurez sexual como etapa solitaria y este proceso lo pude llevar a cabo infinitas veces……siendo, por tanto, inmortal.

Turritopsis nutricola tiene un diámetro de 4-5 mm. Su figura es alta y acampanada con paredes finas y uniformes. Llega a ser madura sexualmente después de pocas semanas de vida. Generalmente las medusas mueren después de propagarse; sin embargo, la Turritopsis nutricula ha desarrollado la capacidad de volver a un estado de pólipo. Vuelve a “nacer”.

Esto se realiza mediante un cambio de células en su zona externa (Exumbrella). La capacidad de invertir el ciclo de vida es probablemente única en el reino animal, y permite a esta medusa evitar su muerte, es biológicamente "inmortal".

Turritopsis nutricola es capaz de conseguir esta proeza porque ha descubierto la manera de modificar sus células una vez éstas se han diferenciado y las hace retroceder a fases anteriores a su especialización. Se trata de un fenómeno llamado transdiferenciación que se puede ver, por ejemplo cuando un órgano dañado regenera sus tejidos. Sin embargo, para esta especie de hidromedusa el proceso es algo común en su ciclo vital.

En pruebas de laboratorio, el 100% de los ejemplares de T. nutricula analizados han madurado y vuelto a la juventud decenas de veces, sin perder en esos cambios ni una sola de sus características o capacidades. Los investigadores tuvieron que llegar a la conclusión de que la muerte orgánica es algo que en esta especie, sencillamente, no sucede.

La existencia de esta excepcional criatura se conoce desde hace más de una década. Desde los años 90 la especie ha sido sometida a análisis genéticos y biológicos de todo tipo para intentar arrancarle, sin éxito, el secreto de su inmortalidad.

La voz de alarma no fue dada hasta el verano de 2008, por la bióloga Maria Pia Miglietta, de la Universidad de Pensylvania y, quien precisamente a causa de una serie de análisis genéticos realizados a decenas de ejemplares de la medusa se dio cuenta de que la especie, originaria de los mares del Caribe, se había extendido prácticamente por todos los océanos del mundo.

En sus análisis, Miglietta comparó el ADN mitocondrial de ejemplares de Turritopsis recogidos en Florida y Panamá con otros procedentes de otros lugares del mundo y que habían sido recolectados durante investigaciones anteriores.

Al hacer esta comparación se encontró con la sorpresa de que determinadas secuencias genéticas se repetían en ejemplares obtenidos desde Panamá hasta Japón. En quince de ellos, procedentes de ambos países y de las costas españolas e italianas, las secuencias eran idénticas.

La existencia de este patrón implica una extraordinaria facilidad de movimiento que los investigadores atribuyen, al igual que ocurre en otras muchas especies marinas invasoras, a las bodegas y los tanques de lastre de los barcos que navegan por esas aguas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy interesante! Un animal pluricelular que no sabe del envejecimiento y para el que la vida no es más que volver a nacer una y otra vez. No la conocía :D

Una gran entrada para un buen bioblog ;)