lunes, 19 de enero de 2009

NUEVAS ESPECIES

Con la ayuda de JASON, un submarino dirigido mediante control remoto y propiedad de la Institución Oceanográfica Woods Holes, científicos de Australia y Estados Unidos han descubierto nuevas especies marinas, entre estas anémonas, coral rojo, un espécimen de ascidia carnívora, arañas de mar, esponjas gigantes, y también comunidades dominadas por percebes y millones de anémonas con lunares de color violeta en las profundidades inexploradas del océano, al sur de la isla australiana de Tasmania. También encontraron a más de 1,4 kilómetros de profundidad, en la que denomina Zona de Fractura de Tasmania, grandes extensiones de corales cuya formación se remonta a más de 10.000 años.


Anemona.

Según ha contado Ron Thresher, miembro del equipo y experto de la Organización para la Investigación Industrial y Científica de la Mancomunidad de Australia (CSIRO), se ha buscado vida a una profundidad mayor que en cualquiera de las expediciones realizadas previamente en aguas australianas.

La ascidia es un animal marino que está a medio camino entre los vertebrados y los invertebrados, que tiene hendiduras branquiales y con un cuerpo protegido por una túnica gelatinosa. Este nuevo espécimen de ascidia reposa sobre el lecho marino a 4.000 metros de profundidad, es de unos 50 cm de altura y atrapa a su presa cuando nada y la roza.


Ascidia.

Durante el viaje científico de cuatro semanas, financiado con dos millones de dólares, el empleo del submarino de una dimensión similar a la de un pequeño automóvil, permitió al equipo de científicos recoger en un total de 14 inmersiones, cada una de 48 horas de duración, diversas muestras de raros especimenes, así como fotografiar y filmar áreas del lecho marino situadas a más de seis kilómetros de profundidad.

Una especie de coral rojo sin armazón fotografiado a 1.700 m de profundidad.

Además los expertos también hallaron nuevas evidencias del impacto causado por los gases de dióxido de carbono en los corales del lecho marino de esa zona, a cuatro y a dos kilómetros de profundidad.

Los investigadores del CSIRO y del Instituto de Tecnología de California, indicaron que algunos de los corales que descubrieron en las profundidades están muriendo, por lo que recabaron datos para estudiar la amenaza que plantean el cambio climático y el creciente nivel de acidez detectado en el océano para la supervivencia de las barreras de corales.

En la zona también se encontraron corales de reciente formación, sin embargo, hay claras evidencias de que ese sistema coralino está muriendo, y eso lo notaron ya a 1.300 metros de profundidad. No obstante, Thresher apuntó que será necesario realizar más análisis antes de confirmar que la acidez de la aguas es la causa de ese fenómeno que afecta a los corales.

Los corales adquieren dureza mediante absorción de los materiales que se disuelven en el agua del mar, y según los expertos, cuando grandes cantidades de dióxido de carbono atmosférico llegan al agua del mar, los cambios químicos resultantes reducen la capacidad de estos organismos marinos de formar sus esqueletos.



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